A veces, puede pasar que nos cueste más centrar la atención, recordar cosas que antes hacíamos sin esfuerzo como mantener una conversación, leer un libro o organizarnos. Otras veces, podemos verlo en nuestros niños: dificultades para aprender, problemas de atención, cambios de comportamiento… es normal tener temporadas con pequeños descuidos o mayores dificultades, pero cuando esto empieza a interferir en el día a día, una valoración neuropsicológica puede ser una herramienta muy útil.
La valoración neuropsicológica es un proceso que nos permite entender cómo funciona nuestro cerebro en diferentes áreas: la orientación, la atención, la memoria, el lenguaje, las funciones ejecutivas (como planificar o tomar decisiones), las práxias (movimientos coordinados), el razonamiento… Es como hacer una “radiografía” del funcionamiento cognitivo.
¿Cómo se hace una valoración neuropsicológica?
La valoración es un proceso consta de tres etapas y que nos ayuda a tener una visión global y detallada del perfil cognitivo de una persona:
1. Entrevista clínica
Empezamos recogiendo información importante sobre ti: tu salud física y emocional, tu situación personal, laboral o académica, cómo te va en tu día a día… esta información nos ayudará a empezar a orientar las pruebas que te propondremos en la siguiente etapa.
2. Tests y pruebas
A continuación, realizamos diferentes pruebas para medir el rendimiento de tus capacidades cognitivas. Son actividades estructuradas que nos permiten ver cómo funciona tu atención, memoria, lenguaje, etc. y comprobar si tus resultados se encuentran dentro de lo esperado según tu edad y formación.
3. Devolución de resultados
Una vez hemos analizado toda la información, te presentamos los resultados en un informe detallado que incluye:
• Tu perfil cognitivo: tus fortalezas y las áreas que pueden presentar dificultades.
• Una hipótesis diagnóstica, si es el caso.
• Recomendaciones personalizadas para reforzar las capacidades con dificultades y potenciar las que ya dominas.
¿Para quién está indicada una valoración neuropsicológica?
Este tipo de valoración es útil para personas de todas las edades:
• Niños con dificultades de aprendizaje, atención, lenguaje o desarrollo.
• Adolescentes con problemas emocionales, de conducta o rendimiento escolar.
• Adultos que notan cambios en su rendimiento mental (memoria, concentración o gestión del día a día).
• Personas mayores que quieren hacer seguimiento de su estado cognitivo o detectar posibles señales de deterioro.
• Como proceso diagnóstico (TDAH, trastornos del aprendizaje, altas capacidades, sospecha de demencia…).
• Si estás pasando por un momento de mucho estrés o ansiedad y te cuesta concentrarte.
¿Y qué se hace con esta información?
El objetivo no es sólo llegar a un diagnóstico, sino entender cómo funciona cada persona y encontrar recursos adaptados a sus necesidades: pautas para la escuela, estrategias de estudio, orientación familiar, entrenamiento cognitivo, terapia emocional…
Entender lo que nos pasa es el primer paso para empezar a estar mejor y avanzar con más seguridad y confianza.